Nuestra Historia

Nuestra historia, nuestra identidad.

El 24 de marzo del año 2000, se celebraba el acto inaugural del Colegio Pucalán Montessori. El cuerpo de educadores, la Rectora, el 85% de los entonces 232 estudiantes y la casi totalidad de los padres, no estaban empezando a conocerse, si no que integraban una comunidad educativa que ya tenía tres años de historia como colegio.

Habían disentido esencialmente con la visión del proyecto educativo de la sociedad sostenedora del colegio anterior, no teniendo más alternativa que migrar y establecerse en un nuevo edificio: las pesebreras del Camino San José.
Se gestó una fundación sin fines de lucro como entidad sostenedora del
colegio, proceso liderado por Bernardita Jensen, Rectora del colegio en ese
entonces, además integrada por todos los miembros de la comunidad
escolar.

Entonces, en esa reunión inaugural de marzo, entre reconocimientos y festejos, se dijo:

¿Qué queremos?

 

Queremos un colegio que perdure en el tiempo. Que se mantenga fiel al proyecto educativo que le dio origen. Que no supedite su proyecto educativo a proyecto económico alguno y cuya gestión económica esté al servicio de los fines educativos declarados.

 

Confiamos en que educadores implementen y desarrollen el proyecto educativo con excelencia. Un colegio que priorice la calidad de la educación y formación de sus estudiantes, la dignidad y desarrollo profesional de sus educadores, la participación activa de sus padres y apoderados. Una institución creadora, generadora de desarrollo humano en su interior y en la comunidad más amplia en la que está inserta.

 

¿Qué hemos hecho?

Entre nosotros hay padres nobles y esforzados que remodelaron con enorme trabajo estos edificios que antes eran pesebres. Obra de gran envergadura y profundidad, de la que solo es visible una pequeña parte, la más externa y evidente.

Entre nosotros hay padres y profesores generosos que aportaron el financiamiento, prestando a nuestra institución los fondos necesarios.

Entre nosotros hay padres, profesores y amigos del colegio, de los que hemos recibido numerosas donaciones, grandes y pequeñas, todas importantes.

 

Hemos construido un equipo pedagógico cada vez más preparado en la filosofía y metodología Montessori.

 

Hemos generado ámbitos educativos de vital importancia como el programa de espiritualidad del colegio, catequesis del Buen Pastor, el deporte, las artes y el inglés.

Nosotros nos dimos una estructura organizacional completa, tanto en el mundo de la gestión, a través de un Directorio, como en el mundo de la administración escolar, con una Rectoría del Colegio independiente.

Para el rol de sostenedor de nuestro colegio, nosotros adoptamos la institucionalidad de una fundación, escriturando su naturaleza inconmovible de no tener fines de lucro.

Los educadores gestaron el nombre que nos dimos: Pucalán.

Nos dimos estatutos. De entre nosotros elegimos un Directorio, conformándolo con miembros voluntarios, sin retribución económica alguna, depositando en ellos nuestra confianza y el mandato de gobernar la Fundación con excelencia, informando a toda la comunidad respecto de su gestión y exhibiendo públicamente los balances financieros.

Ratificamos a nuestra rectora del Colegio, depositando en ella nuestra confianza y el mandato de ejecutar el proyecto educativo con excelencia. Delegando la administración integral de la operación del colegio, sin interferir nosotros.

Conformamos nuestras comisiones y las pusimos en marcha con nuestra participación en las áreas de: educación, vida cultural, relaciones públicas, finanzas, desarrollo inmobiliario, arquitectura, exteriores y desarrollo institucional.

Entre nosotros hay muchos que han donado incontable tiempo, trabajo, dinero, materiales y elementos de los más variados.

Nos hemos abierto a aportes de nuestra comunidad más necesitada, no desde la caridad, si no desde un real entendimiento formativo y solidario.

Durante los primeros años de trabajo como Colegio Pucalán Montessori, avanzamos enormemente en construir una organización educativa cada vez más coherente con la filosofía educativa Montessori. Fundamental ha sido en este proceso el plantear el programa de educación media en el año 2002 y formar un equipo pedagógico de excelencia. No ha sido menor el desafío de implementar un programa de nivel mundial, asesorado y evaluado por uno de los centros de educación Montessori de más prestigio en el mundo, Houston Montessori Center, entidad perteneciente a la A.M.S (American Montessori Society). Completamos hasta 4° medio en el año 2006.

Es constante y central dentro de nuestro que hacer, la permanente retroalimentación y preparación del equipo de profesores, algunos han participado en programas de intercambio a USA para aprender de instituciones con prestigio mundial.

Durante todo este tiempo de desarrollo nos ha hecho madurar como institución profundizando en nuestra filosofía educativa.

Los desafíos han sido parte de nuestra historia, junto con ello, el coraje y la comunidad para enfrentarlos.

Es así como el año 2011 tomamos la decisión de tener casa propia; la Fundación compró un nuevo terreno y con el compromiso de todos y todas fue capaz de construir una casa para albergar de la mejor manera posible nuestro proyecto.

Desde el año 2013, el colegio siguió robusteciéndose con iniciativas y programas como MMUN –Montessori Model United Nations- programa de gran valor en la formación de nuestros adolescentes, desarrollando competencias como : empatía, pensamiento crítico, visión global, etc. El año 2016 fuimos los organizadores del Primer congreso Montessori y naciones unidas para chile y América latina, siendo este un hito en nuestra historia.

Hemos instalado programas de intercambio con Perú y hemos realizado el programa de Biodiversidad y Paz en Costa Rica.

Un eje central del proyecto ha sido y será el Trabajo Comunitario. No podemos hablar de Educación Montessori sin intencionar la mirada hacia el otro, este es el paso para lograr la visión cósmica y el desarrollo de la conciencia del ser humano. Canela, Nueva Imperial y muchos trabajos en nuestra comuna , han sido parte de las mejores experiencias formativas sobre todo para nuestros adolescentes.

 

Creemos profundamente que el proceso vivido nos llena de experiencia para desarrollar un colegio, un espacio educativo, innovador y de real aporte a nuestra sociedad, nuestra historia así lo confirma.

 

 

¿Qué nos Queda?

… Nos queda aún afianzar una nueva forma de dirección de nuestro colegio, avanzar en nuestro desarrollo como institución, en nuestra capacidad de generar una cultura interna basada en el trabajo eficaz más que en la exigencia, en el aporte y la colaboración, en el respeto a la diversidad de opiniones mientras convergemos siempre hacia la acción conjunta, en la capacidad de deponer lo accesorio en favor de lo primario para el proyecto común.

Nos resta que todos asumamos la responsabilidad de la hermosa obra que hemos puesto en marcha, reconociendo el valor que tenemos como comunidad unida, restableciendo la fe en el trabajo voluntario, quebrantada en estos tiempos difíciles y a la vez promisorios.

La fe en que el dinero no lo es todo, especialmente cuando se quiere educar. Creer en un sentido de la vida, que ha de haber llevado a los hombres en muchos momentos de la historia, a cuidar con delicado esmero la formación de las nuevas generaciones. ”