

Hablamos de Montessori como una filosofía que propone una visión del hombre, de su desarrollo y de valores que sustentan el proceso educativo. Esencialmente, los principios que están en la base de nuestro enfoque son: libertad, responsabilidad y autonomía, proponiendo a través de estos que el centro de la tarea educativa sea la formación de la conciencia del ser humano.
Entendemos conciencia como la facultad de estar presentes, el “darse cuenta” de la realidad interior y también del mundo que nos rodea. Hablamos de desarrollar la conciencia personal, ambiental, cultural y planetaria. Y es que solo desde este tipo de crecimiento será posible apelar al cultivo de valores como reciprocidad, interdependencia y paz, instalándolos como una forma de conducta y convivencia.
El centro de la inspiración filosófica de María Montessori radica en la idea anterior. De ahí que en nuestro currículum se plasman una serie de actividades y lecciones que apuntan al desarrollo de esta facultad. Por lo anterior, además, es que la visión de educación Montessori cobra gran relevancia en el contexto social, ético y valórico de nuestra cultura, aportando al desarrollo de seres humanos capaces de comprender y aportar a las complejidades del mundo contemporáneo.